jueves, 30 de marzo de 2017

Cabeza y Peluca 1.0

Eran las nueve a.m. en la ciudad de Montevideo, la mañana del 21 de febrero era febril y asquerosamente húmeda. En ese pequeño lugar del octavo mundo todo parecía calmo, pero la tensión en aquellos salones era peor que la vivida en una negociación por la paz de Palestina.
La patética reincidencia, eterna, del Cabeza en el examen de química lo había transformado en una leyenda de la ignorancia nata de la ciencia.
Peluca, por lo pronto, novia del Cabeza, permanecía recluida en su pequeño nicho ecológico rodeada de papeles y formularios sociales, ideas que podían salvar el mundo y manifestaciones que proclamaban que la pobreza era una enfermedad. Para la cual, el Cabeza pensaba que no había mejor cura que un rifle sanitario.
Las puertas del centro educativo abiertas de par en par dejaban entrar el nauseabundo aire de la calle, el soque, el olor a basura y el continuo repiqueteo del tránsito pero a su vez seducía para una brillante y fugaz huida.
La regordeta profesora, teñida de caoba, con su normal rojo bandera rusa en los labios y sus pendientes de diente de brontosaurio al mejor estilo Vilma pica piedra, llamaba por orden de lista a sus futuras víctimas. El cabeza tenía la firme convicción que esa mujer se negaba a la muerte, de sus arrugas profundas y moradas brotaban más arrugas que desgarraban la realidad.
Cabeza escuchó su nombre se acercó y entregó su documento de identidad. La anciana y su fiel verdugo (el profesor Martínez) mientras sus fétidos alientos lo cubrían todo.
Los exámenes estaban sobre los pupitres, nueve preguntas sub divididas en tres (i, ii, iii) en total unas veintisiete preguntas. Se pasó a leer la propuesta, marcaron la hora de inicio del examen y la hora de finalización, no contestaron preguntas y hablaron todo el tiempo de mascotas muertas y cosas por el estilo.
Tres horas después el examen había concluido, las hojas apenas rayadas, dos o tres ejercicios seguros, el resto fuera de foco.
Cuando llegó a casa Peluca estaba en su nuevo hábitat que olía a naftalina y biblioteca repitiendo constantemente frases de Weber y Marx mientras su cabeza giraba y escupía sociología por la boca. Cabeza tomo el teléfono pero en informes de guía no había ningún exorcista registrado. Así que prendió la tele y se sirvió un vaso de agua de la descarga para él y para Peluca.
En la tele los programas de chimentos acaparaban conflictos de concheros, en el canal del gobierno un documental en blanco y negro pronosticaba los avances de la cura de la rabia, solo tenía un siglo de atraso. Y en el resto de los 3854 canales de cable no había nada.
Miró a peluca seguía convulsionando comunidad y progreso. Así que puso el canal porno y se preparo para una tarde de emociones.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Breve Historia del Graffiti


Marcar, manchar o mutilar una superficie vertical es parte de la historia como lo es el caminar o el fuego, algo que se dio sin una fecha exacta y con la suficiente naturalidad para que fuera instantánea en cada rincón del planeta e incluso la historia nos ha mostrado que a lo largo de la existencia de la humanidad que las paredes, muros y sus equivalentes en la naturaleza han sido un soporte para la expresión, el descargo, el mito, la ciencia y el arte. 

Sabiendo esto podemos acordar que el graffiti y el arte callejero como movimiento o corriente artística nada tienen que ver con este proceso histórico. Secuenciarlo a la historia del arte o dentro de su evolución familiarizandolo directamente con el muralismo es muy inocente y poco imaginativo ya que lo único que comparte es el soporte donde se realiza, de la misma manera es injusto y apresurado decir que toda raya en la pared es un graffiti ya que solo estaríamos tomando en cuenta las herramientas, y un razonamiento tan simple nos puede llevar a errores donde podríamos asegurar que todo cubo pertenece a la vanguardia cubista.



El graffiti es un punto de inflexión en la historia del arte, nace a mediados del siglo XX no con una intensión estética sino como una necesidad de existencia y una oposición a la normativa cruel de la época. Si hacemos memoria un grupo de jóvenes a pasado mediado del siglo XIX comenzaron a romper al estructura de lo clásico y generar nuevas formas y perspectivas de la imagen, estos igual a nuestros contemporáneos fueron repudiados por las élites, la prensa y la academia artística, hoy los conocemos como las Vanguardias y se comieron el mundo del arte en menos de cincuenta años.

Hoy la historia se repite y nuevamente la nueva ola creativa es menospreciada o al menos en un comienzo.

Volviendo al Graffiti, este nombre lo adopta mucho después que su practica estuviese consolidada, fue dado de forma des peyorativa por la prensa norteamericana en los años setenta, pero solo después que el New York Time pudiese captar con sus lentes un graffitero de piel blanca que conocemos como TAKI 183.




En las afueras de las metrópolis donde el glamour, el pop art, el concept art y los brillos de Hollywood cubrían todas las pantallas y determinaban el estilo de vida americano, en las afueras, en la periferia donde se alzaban los suburbios la población marginal compuesta por negros, asiáticos y latinos sufrían la crisis económica producida. Una fuerte recesión económica dejo a miles de obreros sin trabajo, provocando una fuerte pobreza y con esto la calidad de vida. Poco a poco, los suburbios fueron quedando aislados sin servicios básicos como salud, educación lo que genero altos indices de deserción educativa y analfabetismo, lo que aseguro que no pudiesen tener mucha idea o conocimientos de los que se le atribuye ser sus progenitores. La seguridad cayó, las zonas comenzaron a desvalorizarse y los buitres inmobiliarios comenzaron a tejer estrategias las que incluían la extorsión y el aumento de inseguridad. Si a esto le sumamos una político social de un racismo recalcitrante donde una persona negra no podía usar el mismo baño que un blanco y menos sentarse a tomar un café bajo el mismo techo, tenemos entre manos una bomba social que se esperaría explotara en el desorden.




Pese a ello sucedió todo lo contrario, estas condiciones opresoras provocaron el surgimiento de el movimiento contra cultural mas grande desde el renacimiento, donde un grupo de individuos de diferentes partes del mundo sin posibilidades de contactarse sin formación u organización salieron a la calle a vandalizar y evitar la invisibilidad de su existencia. Pronto el Hip Hop se consolidaría y el graffiti pronto pasaría a ser la herramienta plástica de esta cultura.



El graffiti comienza en los metros y trenes de las ciudades, el tren era el único objeto que recorría toda la ciudad y las afueras de las mismas, el vehículo perfecto para marcar la existencia y que el resto que ignoraba un mundo fuera del área de conford se viera invadido e impactado por la aparición de eso extraño y casi violento que estaba obligado a ver paseándose por la ciudad.

El garabato que conocemos como tags, o la primeras firmas de los graffiteros, muchas veces distorsiones del nombre propio o una conjugación del espacio y jerga ciudadana son extrañas deformadas por realizarse con un trazo unico o la velocidad pronto comenzaron a generar una nueva estética de escritura. El siguiente paso fue el WILD STYLE, la pieza, el nombre del artista o su CREW (colectivo de graffiteros, mas parecido a una familia que a un equipo de trabajo) a gran escala, con colores y ornamentos que con el tiempo identificaban al realizador por concretarse un estilo propio.

Cuando ya se hizo demasiado visible como para hace la vista gorda comenzó la etapa de repudio. Una etapa como ya sabemos sufren todos los movimientos artísticos que inquietan y siembran el terror del estatus quo de lo que debe ser el arte. La prensa comenzó una campaña de demonización, se instalaron leyes extremadamente duras y violentas, se establecieron mentiras que hasta hoy duran que vinculan al graffiti con el narcotrafico y la lucha de territorios.

Pero eso solo avivo la llama.

El graffiti era odiado y adorado por tres razones básicas.

Uno. Su exposición provenía de la sección mas baja y menospreciada de la sociedad Estado Unidense. Era un arte de mendigo e ignorantes.

Dos. Su mera existencia estaba sujeta a la usurpación y violación del la propiedad privada, pierda angular del sistema liberal capitalista contemporáneo.

Y tres. En una sociedad donde todo esta a la venta, y donde los coleccionistas reclamaban ser propietarios de las nuevas obras, este tipo de arte no se puede vender o al menos no en esos tiempos, porque ¿qué iban a hacer las galerías vender un vagón o cortar una pared?





Esta época de fervor político, lucha por los derechos sociales, donde grandes exponentes le hicieron frente a las injusticias motivadas por el racismo, no solo motivo a músicos y escritores, sino que alejados de los medios masivos de comunicación, entre los escombros de los complejos derrumbados serían centros comerciales, crecieron las bases del movimiento artístico mas grande de la historia, que instantáneamente exploto en Europa, en los barrios latinos y africanos como lo vio el mayo Francés, en américa dentro de las favelas y como resistencia a las dictaduras cívico militares emergentes y en África y asía en respuesta de un colonialismo salvaje.

En la época donde la postura del expresionismo abstracto de tener un arte despojado de la política ya estaba consolidado un arte joven rebelde y violento golpeo la puerta y entro sin permiso en la escena.


Su virulencia engendró el Street art o el post-graffiti en lo ochenta que dotado de incontables técnicas como el stencil, el graffiti figurativo, el mal llamado neo muralismo, el mosaico y una nueva concepción del volumen dejaron en la claro que no era un arte efimero ni una moda, sino una super estructura poseedora de la mayor proliferación de obras y artistas de todos los tiempos.



Hoy el graffiti esta presente en las principales galerías y muesos del mundo,tanto por que estos espacios poseen obras de artistas callejeros como por la apropiación de muros, fachadas, vagones o cualquier espacio publico lo suficientemente cotizado como para realizar el trabajo de corte.

A modo de ejemplo es muy interesante el caso de Vihls un artista portugués que se dedica a realizar un exquisito bajo relieve en las paredes de la ciudad con la intención de las grandes galerías no pudiesen robar sus trabajos.



Vhils - Artista Portugues



En 2016 la galería nacional de Lisboa expuso una docena de sus trabajos que había removido cuidadosamente de las casas intervenidas. 

En ciertas esferas de la academia los graffiteros y artistas callejeros siguen siendo brutos vándalos pero la verdad es que existen cientos de museos a cielo abierto, centenares de encuentros de artistas urbanos e incontables programas y proyectos estatales con el fin de embellecer ciudades y la opinión publica ha virado favoreciendo y motivando la expansión de esta conducta, el arte a vuelto a la calle con el solo fin de regalarle al espectador casual un arte que disfrute y que no sea condicionada para unos pocos que dicen entenderla, el arte del pueblo para el pueblo ha vuelto, esta vez para quedarse.

martes, 28 de marzo de 2017

El Lector de Pies


Cuando aun era joven, mucho antes que mis manos temblaran. Trabaje para una empresa de limpieza que me designo a una morgue en la zona mas vieja de la ciudad.
  Allí conocí a Enrique. A los pocos días descubrí que mi trabajo era mas bien de acompañante, alguien en algún lugar entendió que trabajar todo el día entre muertos era algo que a la larga podía afectar la mente, mas para alguien  que su trabajo era simplemente vigilar los cuerpos fríos.
  El veterano me contó de diferentes guardias que hubo en el correr del tiempo, desde boxeadores que colgaban los cuerpos para entrenarse hasta los amantes necrofilos, me aseguró que todos tenían sus manías, a la larga el que trabajaba allí desarrollaba una conducta que pocos entenderían. La suya era ser un lector de pies.
  Enrique me explicó que los pies eran las manos que nos mantenían conectados con la tierra, en otros tiempos cuando el humano iba descalzo era un órgano tan importante como las manos, podía leer el terreno con mayor exactitud que los ojos. Con el tiempo los cubrimos y ocultamos solo para adornarlos de mil maneras, pero sin importar en que los envolvamos ellos seguían sosteniendo nuestro ser, registrando cada día de nuestra vida.
  Recorriendo la morgue me explicó que a través de sus durezas y deformaciones, suavidades y colores, trataba de reconstruir una vida, no era una ciencia exacta pero ayudaba definitivamente aquel juego le ayudaba pasar el tiempo entre los muertos.
  - Este tiene cayos en los talones y los laterales, las asperezas son bastantes pronunciadas, pero la curvatura de su arco es suave y su ancho se explaya de seguro gracias a su peso, tócala – al principio sentí un poco de asco entremezclado con miedo, pero mis dedos leyeron cada parte mencionada – ¿a qué te recuerda? – dijo con una voz similar a la de un padre cundo espera que su hijo lo sorprenda gratamente. Lo medite un instante, pero me resulto fácil, recordé los pies de mi madre, de cuando era pequeño y me pedía que le diera un masaje, eran lo pies de un ama de casa, que estaba mucho tiempo parada en un lugar realizando una tarea, usando calzado barato y que tendía a gastarse en la parte de atrás y los laterales de tanto buscar una postura cómoda que aliviara el hinchazón.
  - ¿Qué te parece? ¿A quien perteneció? - me preguntó, él noto en mis ojos que conocía la respuesta y sonrío satisfecho al encontrar  porque había encontrado un compañero para su locura y no ojos inquisidores.
   - ¿Es una ama de casa? - el sonrió asintiendo con la cabeza, estaba muy emocionado, demasiado.
   Así recorrimos los cuerpos durante años, vimos metalúrgicos con cayos en las falanges por la cobertura de metal de los zapatos de seguridad, vimos dedos apretados con talones rígidos productos de años de estilizados tacos, encontramos pies ásperos y endurecidos por la costumbre de andar descalzos y suaves y delicados producto de la pedicura constante.
   Aquel juego se ponía mejor con el tiempo, habíamos catalogado montones de pies e incluso debatido durante largas horas ciertas características que no encajaban porque de seguro esas formas de vida escapaban a nuestra imaginación.
   Hasta que un día los vi, estaban al fondo de la habitación, llegaron en el turno anterior y eran de una desconocida, fue alguien que encontraron en un lugar olvidado o apoyada en una pared de esas calles por las que todo el mundo pasa rápido. 
   Eran pies pequeños, increíblemente simétricos, suaves en los laterales, con pequeñas esperezas en el talón y la bola del pie, los dedos eran delgados casi arácnidos con el anular  mas largo que el resto y las yemas, yema tan subes que conservaban un rosa hermoso de vida.
   Los tome, algo prohibido que rompía las reglas, eramos solo observadores y el tacto solo estaba permitido a través de nuestros dedos, pero no puede evitarlo, tome ambos pies y acerque mi rostro hasta que el frió de la piel me dijo que nadie quedaba allí. Que solo era carne vacía que nunca volvería a estar llena. Me abarroté los pulmones de su aroma, un aroma que no se describe, que no tiene olor, solo una sensación que despierta miles de bombillas en el cerebro que estaban apagadas y que eriza cada pelo del cuerpo, ese olor que te da un vuelco en el estomago y provoca que le pecho se cierre en un hermosa sensación de ahogo.
  Los estúpidos le llaman "amor a primera vista", porque no pueden acreditar nada que no vean sus ojos, pero no es eso, no es porque lo vemos sino porque es la primera vez que nos encontramos con ese ser esperado. No es lo que percibimos con un solo órgano sino lo que nos pasa molecularmente cuando nos acercamos a esa persona.
   Las lagrimas comenzaron a emanar de mis ojos y bese aquellas plantas heladas y deje que deje explotar en una correntada salada.
 Lloré porque la había encontrado, había encontrado esa persona que estaba en ahí para completarme,  esa parte que un dios griego separo de mi ser al comienzo del tiempo.
  Llore porque estaba ahí sobre una camilla, tan fría como el metal, no tuve el coraje para ver su rostro y mucho menos para volver al próximo día, ni al próximo, ni el otro que vino después, solo por miedo que aun estuviese allí.
  Me reporte enfermo el resto de la semana, pero al volver no se habían ido, ellos estaban allí, perfectos como los había dejado.
  Enrique se me acercó viendo el rostro demacrado y desesperado con el que cargaba, caí de rodillas frente a esas plantas rosadas que la muerte no había podido empalidecer.
  - Nadie la reclamó - me dijo - nadie la conoce, nos saben si quiera si es de aquí. En unos días va a parar al crematorio. 
  Lloré, mi amada era nadie, y como nada se iría  sin que que la añorase en algún hogar,  sin que supiese lo que le había ocurrido, acaricie sus pies. En realidad eso no me importaba. Solo pensaba que ellos estaban ahí fríos y yo aquí cálido, tan cerca y en dos extremos tan alejados.
  - Llevtelos – Dijo Enrique sin titubeos.
   Lo mire alarmado y fascinado a la vez. No dijo mas, no había nada mas para decir y solo me extendió una sierra.
   La tome con mas lagrimas en los ojos y comencé a cortar.


lunes, 13 de marzo de 2017

Tumba de Hierro. Capitulo Uno

Esta es una novela que comencé hace pocas semanas, me gustaría decir que ha tomado un buen rumbo, peor en realidad solo estaría mintiendo, ya que sus personajes han decidido tomar el camino a su supervivencia cueste lo que cueste. Intente, luego de mucho indagar, ver, hacerme fan y cientos de rituales emular el arte del Gundam pero los gigiantes de hierro se han apoderado de su historia. Aquí les dejo el primer capitulo.


 Mobile Suit Ancor.
“Cuando comenzó pertenecía a un grupo de 50 pilotos, uno de los batallones de los miles que había en nuestro bando. Rápidamente entendimos que el objetivo de una guerra con colosos de metal en el campo de batalla solo era una reminiscencia de los circos romanos. Los pobres desgraciados que no iban sobre las maquinas no tenían la mínima oportunidad de salir del campo de batalla. Siempre hubo excepciones pero no duraron mucho. Con el tiempo mi grupo se fue reduciendo, no quedamos mas de un puñado y se nos sumaron sobrevivientes de otros batallones. Tengo once años en combate y no hay nada que agradezca mas de que dejaran de construir estas maquinas. Morir dentro de una es algo espantoso, un cuerpo en el campo puede ser llevado a casa, un muerto en un meche es llevado a la fundición.”
 Diario de guerra encontrado en Livertuh, soldado desconocido. 


Comer antes del combate era lo único heredado de sus superiores, nadie debe morir con el estomago vacío, repetían una y otra vez. Como si a la muerte le importara lo que traes en el estomago. Muchos gracias a esa costumbre habían muerto ahogados por su propio vomito. Pese a ello era una costumbre, tipo cabala que no se negaba nunca. Así que se terminó el bocado a la fuerza. 
Era el capitán de un escuadrón heterogéneo de leyendas bélicas. El grupo a su mando llevaba dos años en actividad y solo habían tenido una baja que no cayó en el campo de batalla. Tenía suerte de estar con aquellos inmortales de acero. Dos de ellos ya eran combatientes renombrados cuando el ingreso a la escuela de oficiales, el resto se habían hecho de un nombre al atravesar cientos de veces los escombros y los tiroteos sin un solo rasguño.
 - Jefe ¿a qué hora debemos emprender la marcha? ¿aun tengo tiempo para una siesta? - preguntó el cabo Retim, un hombre bajo que siempre parecía estar de buen humor, su carácter amable y sereno no hacían justicia de la ferocidad e inclemencia en el combate. 
- Tienes una hora – contestó el capitán – si crees que puedes dormir un poco duerme, te despertare antes de la revisión del equipo. El Cabo saludo y se metió dentro de su guerrero metálico, bajó la escotilla y un minuto después se podían escuchar sus ronquidos a través del metal. Era difícil que un piloto descansara fuera de su mech si no estaba en la base, pero la mayoría de su equipo se encontraba alrededor de una fogata y sus naves los observaban rodeándolos como una gigantesca muralla. 
La mayoría de las maquinas eran viejas y no tenían repuestos lo que provocaba que no estuvieran a un cien por ciento, normalmente cuando un piloto perdía su mech por lo violento del combate o moría o le daban de baja o al menos a lo que quedaba de su cuerpo. Pero él no había tenido ninguna de esas suertes por ese motivo su nave era la mas jóvenes. El REX 21 el ultimo modelo de mech en construirse, en realidad era solo un prototipo, nunca se aprobó su fabricación en serie.
 Se acercó al fuego y el Maestre Fur, el mas viejo del grupo le extendió una botella, la cerveza en su interior contaba con la temperatura de un té, pero se agradecía el alcohol de su contenido. Estaba prohibido que los pilotos ingirieran sustancias de cualquier tipo pero el Maestre era una institución en persona y nadie en su sano juicio se atrevería a juzgar a una leyenda por mal comportamiento. A su derecha estaba Red una joven piloto, su edad era desconocida en el archivo si es que existía uno, al parecer en un campo de batalla secuestro a su mech un mech de carga que se transformo en un asesino en sus manos, no saben si mato al piloto o lo encontró abandonado por algún cobarde, pero aprendió rápido a usarlo y nadie le negó su licencia. Luego estaban Luk y Tren los fusileros, eran unos malditos bastardos, racistas, machistas, homofobicos y contaban con todos los prejuicios que se les pudieran ocurrir, pero para ellos el batallón era sagrado, allí no había piel, religión o genero, todos eran sus hermanos y estaban dispuestos a morir o matar por ellos. Daniel era la chica alta del grupo, de mas de dos metros, ella era el escudo, su mech era de defensa, probablemente el ultimo en su tipo en funcionamiento, lo explicaba su tarea, recibir todo el fuego enemigo mientras el ejercito avanza. Su Mech estaba desprovisto de arenal de ataque o al menos así venia de fabrica pero Daniel había cambiado uno de los brazos de su nave para poder blandir un rifle de asalto mientras defiende el frente. El resto del batallón estaba compuesto por Fer, Giligan, Madbe y Luis, que eran los combatientes. Ellos llevaban espadas, aveces lanzas y todo un arsenal de rifles de asalto, granadas, misiles y un montón de juguetes, el modelo de sus mech era variado, Madbe y Fer portaban con un Krakem C8 uno de los primeros mech de asalto, el C7 fue celebre por explotar antes de entrar en combate gracias a la cantidad de pólvora que cargaba y un sistema de refrigeración obsoleto, el C8 era lento pero duro como el mejor mech de defensa, Giligan usaba un Depredador B5 un mech pequeño veloz y con blan anti blindaje, solo le quedaban dos cartuchos de 50 balas de esa, pero para la ultima misión debían ser suficientes. Y Luis estaba en un Galacto A3 un mech de alto grado, con un bombardeo de calor y mira láser, un juguete demoledor que solo obtenían los nenes ricos de los generales de alto rango, Luis no parecía uno de ellos por lo que el batallón nunca le preguntó como había conseguido su gigante. Antes de cada misión el equipo se mantenía en silencio, era una especie de ritual. Reflexionaban y nadie hacía preguntas, todos aguardaban a que el capitán diera la señal acompañada de un clásico suspiro de que todos subieran a sus naves. 
El capitán acabo su bebido y arrojo la botella al fuego con esfuerzo se puso de pie apoyando sus manso en la rodillas y estiro sus brazos para desperezarse, los pilotos se colocaron los cascos y subieron a sus bestias de metal. El maestre golpeo la escotilla Retim y este contestó con una sonrisa. Norman vio a su soldados desaparecer uno tras otro mientras las escotillas se sellaban. Su nombre era Norman, un campesino que fue alistado en el escuela de oficiales por ser el hijo menor de una familia de siete hermanos. Su padres prácticamente lo vendieron al ejercito a los 12 años, desde entonces solo sabe de combates y muertes. Pero es un tipo razonable y es sabido entre las tropas que no titubea entre él y sus soldados, ellos siempre son lo mas importante.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Leyenda de la Ignorancia.


Eran las nueve a.m. en la ciudad de Montevideo, del 21 de febrero era febril y asquerosamente húmeda. En ese pequeño lugar del octavo mundo todo parecía calmo, pero la tensión en aquellos salones era peor que la vivida en una negociación por la paz de Palestina.
La patética reincidencia, eterna, del Cabeza en el examen de química lo había transformado en una leyenda de la ignorancia nata de la ciencia.
Peluca, por lo pronto, novia del Cabeza, permanecía recluida en su pequeño nicho ecológico rodeada de papeles y formularios sociales, ideas que podían salvar el mundo y manifestaciones que proclamaban que la pobreza era una enfermedad. Para la cual, el Cabeza pensaba que no había mejor cura que un rifle sanitario.
Las puertas del centro educativo abiertas de par en par dejaban entrar el nauseabundo aire de la calle, el olor a basura y el continuo repiqueteo del tránsito seducían para una brillante y fugaz huida.
La regordeta profesora, teñida de caoba, con su normal rojo bandera rusa en los labios y sus pendientes de diente de brontosaurio al mejor estilo Vilma pica piedra, llamaba por orden de lista a sus futuras víctimas. El cabeza tenía la firme convicción que esa mujer se negaba a la muerte, de sus arrugas profundas y moradas brotaban más arrugas que desgarraban la realidad.
Cabeza escuchó su nombre se acercó y entregó su documento de identidad. La anciana y su fiel verdugo (el profesor Martínez) mientras sus fétidos alientos lo cubrían todo.
Los exámenes estaban sobre los pupitres, nueve preguntas sub divididas en tres (i, ii, iii) en total unas veintisiete preguntas. Se pasó a leer la propuesta, marcaron la hora de inicio del examen y la hora de finalización, no contestaron preguntas y hablaron todo el tiempo de mascotas muertas y cosas por el estilo.
Tres horas después el examen había concluido, las hojas apenas rayadas, dos o tres ejercicios seguros, el resto fuera de foco.
Cuando llegó a casa Peluca estaba en su nuevo hábitat que olía a naftalina y biblioteca repitiendo constantemente frases de Weber y Marx mientras su cabeza giraba y escupía sociología por la boca. Cabeza tomo el teléfono pero en informes de guía no había ningún exorcista registrado. Así que prendió la tele y se sirvió un vaso de agua de la descarga para él y para Peluca.
En la tele los programas de chimentos acaparaban conflictos de concheros, en el canal del gobierno un documental en blanco y negro pronosticaba los avances de la cura de la rabia. Y en el resto de los 3854 canales de cable no había nada.
Miró a peluca seguía convulsionando comunidad y progreso. Así que puso el canal porno y se preparo para una tarde de emociones.